WALTER BENJAMIN
“Procede de la China y cuenta de un pintor que
dejó ver a los amigos su cuadro más reciente. En el mismo estaba representado
un parque, una estrecha senda cerca del agua que corría a través de una mancha
de árboles y terminaba delante de una pequeña puerta que, en el fondo,
franqueaba una casita. Cuando los amigos se volvieron al pintor, éste ya no
estaba. Estaba
en el cuadro, caminando por la estrecha senda hacia la puerta; delante de ella se
paró, se volvió, sonrió y desapareció por la puerta entreabierta”.
El cuento de Benjamin se parece a otra narración de Marguerite Yourcenar, "Cómo se salvó Wang-Fô", incluido en sus Cuentos orientales. En el relato de la escritora belga, Wang-Fô consigue huir de su reclusión del reino de Han junto a su discípulo Ling gracias al cuadro que están pintando, se fueron alejando en una barca ante la presencia del Emperador, "desaparecieron para siempre en aquel mar de jade que Wang- Fô acababa de inventar."
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