MIEDO
En mi libro Anónimos (Cuadernos del Laberinto, 2016) apareció este breve poema que hoy se muestra como una terrible predicción. Creo que todos sentimos esta emoción al carecer de la posibilidad de conocer a este enemigo invisible.
A veces llega el miedo
de improviso, sin espera,
se sienta a tu lado,
se alberga en tu espalda
y, con rodeos, se burla
de tu inocencia.
Recuerdo que el poema le gustó a mi amiga y compañera de promoción Mayte García y en aquella época yo releía Las personas del verbo (1982) de Jaime Gil de Biedma y, curiosamente, uno de sus poemas "El miedo sobreviene" me pareció tan similar en alguna idea...; sin embargo, cuando yo escribí mi poema no tenía ninguna intención de imitar al gran poeta catalán. Le comenté que no sabemos hasta qué punto permanecen en nuestro inconsciente algunos versos leídos que nos hacen volver sobre emociones intensas que hemos vivido y compartido con otros escritores en sus obras. He aquí el poema de Gil de Biedma:
El miedo sobreviene en oleada
inmóvil. De repente, aquí,
se insinúa:
las construcciones conocidas, las posibles
consecuencias previstas (que no excluyen
lo peor),
todo el lento dominio de la inteligencia
y sus alternativas decisiones, todo
se ofusca en un instante.
Y sólo queda la raíz,
algo como una antena dolorosa
caída no se sabe, palpitante.
¿Conoces los invisibles
hiladores de los sueños?
Son dos: la verde esperanza
y el torvo miedo.
No es el único poema donde el miedo o la muerte están presentes. En Soledades (1903) y en el posterior Soledades. Galerías. Otros poemas (1907) son constantes esas referencias.
De esos dos constructores de sueños es evidente que hoy nos inquieta uno y que el otro es el que nos debe hacer fuertes. Basta ver el color de estos días de renacimiento primaveral.
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