martes, 15 de marzo de 2022

DEL NUEVO MUNDO

  Dvorák y Susan Sontag

Escucho la Sinfonía nº 9 del Nuevo Mundo de Antonin Dvorák y el sonido de los metales trasciende la realidad y se superpone a otros metales destructivos que arrasan personas y ciudades en el este de Europa. La agilidad de los violines se asemeja a la voracidad con que  los misiles rusos aniquilan Ucrania y uno desearía que llegara como en esa bellísima sinfonía el sosiego y la paz de las flautas. ¡Qué tristeza que la música no sirva como sustituto de las armas!

La escritora neoyorquina Susan Sontag (1933-2004) al recrear la vida de Sir William Hamilton y su mujer Emma en El amante del volcán reproduce con palabras su constante compromiso, al igual que hiciera en la guerra de los Balcanes, y nos indica el camino frente al odio y la guerra:

Y pese a todo, si asumimos que tu mundo no te es indiferente, piensas mucho en lo que pasa. Incluso cuando la responsabilidad no es tuya, cómo podría serlo, sigues siendo un participante y un testigo. (Pasajeros de primera o segunda clase, éstos son los puntos de vista desde los que se escriben la mayor parte de las relaciones históricas.) Y si aquellos que ahora sufren persecución pueden haber disfrutado de aposentos tan agradables como los tuyos propios, son gente de tu mismo rango o que tiene tus intereses, mucho menos probable resulta que permanezcas indiferente ante su miseria actual. [...] Pero, si asumimos que tú no eres indiferente, que eres una persona decente, intentarás intervenir cuando puedas. Aconsejarás indulgencia. O, cuando menos, prudencia.

Uno desearía no solo indulgencia y prudencia con la situación alarmante de la destrucción en Ucrania, sino algo mucho más contundente, pues solo cabe una destrucción: la de las armas. Así se propiciaría una paz perpetua, como defendiera el ilustre filósofo Immanuel Kant en 1795. Estoy seguro de que ese es el mayor deseo de la casi totalidad de personas: un nuevo mundo en paz.