martes, 24 de marzo de 2020

escritura

   Escribir despacio, bajo los escombros, en las trincheras o en los más recónditos lugares, lejos de miradas acusadoras, vigilantes, que sólo permiten que otros desentrañen cuanto hay de silencio sojuzgado. 

   Escribir como obliga la mente, con entera libertad, sin escrúpulos ni demoras, como indica nuestro ágil trazo de muñeca, retorciendo las palabras hasta sacar de ellas toda la miseria que se esconde en nosotros, con absoluta integridad. 

   Escribir como ahora escribo, deslizando la pluma para saber cómo se regula con presura nuestra claridad, nuestra leve sonrisa de niño sumiso sólo en apariencia, pues esconde en su puño la alegría de vivir. 

   El eco de las voces, Cuadernos del Laberinto, 2019.

© Foto Sonia Giménez

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