martes, 28 de diciembre de 2021

 GEORGE ELIOT


La escritora británica George Eliot (1819-1880), como tantas otras mujeres en épocas pasadas, tuvo que cambiar su verdadero nombre, Mary Ann Evans, por el de un hombre. En su momento no se comprendía que una mujer fuera culta y escribiera novelas magníficas. Como señala Pilar Hidalgo en el prólogo de la edición de Middlemarch de la editorial Cátedra, así pensaban los críticos de la producción literaria de las mujeres en la época en que se publicó esta novela (1872): "La novela de un hombre es por lo general un producto más acabado que la de una mujer, su educación y su experiencia le dan un campo más amplio de pensamiento y una mayor variedad de personajes, suele presentar a personajes e incidentes de forma más artística y escribe mejor que sus rivales." La novela de Mary Ann Evans contradice en todo los argumentos simplistas de quien fuera el autor de esta cita. La recomendación de leer Middlemarch me llegó gracias a lectura de la columna de los sábados en El País de Antonio Muñoz Molina y, al igual que a él, su lectura no me ha decepcionado, bien al contrario.

La novela lleva el subtítulo de Un estudio de la vida de provincias y encierra un cúmulo de relaciones personales entre distintas familias: elogios y vituperios, admiración y calumnias, deseos de que el poder de uno sea asumido sin condiciones por otros... Sin embargo, no quiero desentrañar el argumento de la novela, que se puede leer en la página web de Wikipedia, sino resaltar unos pocos fragmentos de la novela que me parecen extraordinarios y que confirman la maestría de la autora, como la cita que aparece en la cabecera de este blog. 

Hay hombres a los que nos les importa que les pongan verdes con tal de que se hable de ellos. (pág. 238) Esta afirmación tiene completa actualidad. La autora, antes de que existieran las redes sociales, ya apuntaba la perfecta idiotez de algunas personas a quienes no les importa estar en candelero aunque sea por su condición de incoherentes, malvados o, incluso, criminales con tal de tener su espacio de celebridad. A estas personas habría que añadir otras que son capaces de aceptar sin ninguna crítica absoluta y a veces con devoción cualquier argumento por descabellado que sea.

Fracasar tras una larga perseverancia es mucho más grandioso que el no haber hecho nunca un esfuerzo lo bastante sostenido como para merecer el calificativo de fracaso. (309) Toda una lección para pusilánimes que se echan atrás ante cualquier iniciativa. Es preciso abordar cualquier decisión con el ánimo de llevarlo a cabo con firmeza y continuidad.

El hecho es que si uno quiere entrar en la vida pública debe estar preparado para las consecuencias. Debe estar a prueba de toda calumnia. (476) ¿Qué me dicen de esta afirmación? Parece extraída de un texto de hoy mismo, pues hemos visto cómo algunas personas han tenido que dejar la vida pública por algunos comentarios denigrantes o incriminatorios de personas o medios de comunicación que pregonan el odio y la difamación sin importarles las consecuencias. En este sentido sugiero que se vea la película Caballero sin espada (1939) de Frank Capra. Toda una ilustración de cómo interviene el mal para conseguir sus intereses.

En este estúpido mundo la mayoría de la gente jamás piensa que merece la pena hacer algo si no lo hace su grupito. (533) ¡Qué magnífica idea para desentrañar no solo la anuencia de partidarios políticos, sino la sumisión de particulares a argumentos sin valorar otros puntos de vista! La independencia personal es cada vez más necesaria en este mundo de escasez de alternativas. 

Apoyo a quien apoye los derechos de los perjudicados y no al virtuoso mantenedor del perjuicio. (563) Aviso a caminantes que anuncian el bien común y solo amparan a los ya beneficiados.

Podríamos añadir estas otras citas que hablan por sí solas: 
Es una mente muy estrecha la que no alcanza a ver un tema desde diversos puntos de vista. (139)

El tiempo, al igual que el dinero, se mide por nuestras necesidades. (221)

Cuando el alma de un hombre se pudre […] depara toda clase de hongos y nadie puede saber de dónde procedió la semilla. (503)

¿Qué soledad hay mayor que la de la desconfianza? (535)

El cielo se ha encargado de que no todo el mundo sea creador. (536)

Dejo para el final este fragmento: Ser poeta significa tener un alma tan ágil para discernir que no se escape ningún matiz de cualidad, y tan ágil para sentir que el discernimiento se convierta meramente en una mano que toca las fibras de la sensibilidad con una variación muy finamente ajustada; un alma en la que el conocimiento se convierte instantáneamente en sentimiento y el sentimiento rebrota como un nuevo origen del conocimiento. (310)

¡Qué mujer tan maravillosa, supo ver cómo el alma del poeta dispone con su creación de un valor imprescindible para ofrecer una visión de la realidad más allá de las apariencias!

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